La labor que desarrolla Casa Cacao (el proyecto integral en torno a la transformación de cacao del Celler de Can Roca) con comunidades indígenas como los arhuacos, buscando establecer conversaciones y aprender de las comunidades donde el cacao ha tenido un papel fundamental a lo largo de su historia, da un vuelco a la manera de entender la producción chocolatera de nuestros días, haciendo de cada tableta una inmersión cultural que nos conecta directamente con las condiciones geográficas y culturales de su origen. Mis preferidos son los chocolates con leche de cabra y de oveja, una mezcla entre queso y chocolate.